Esta historia comienza en el antiguo oriente próximo, en una
época la cual llamamos el siglo III a.c En una ciudad egipcia, Alejandría, que en su época fue una gran metrópolis vivía
un hombre llamado Eratóstenes, un envidioso lo apodo como “Beta”, la segunda
letra del alfabeto griego, porque se decía que el, era el segundo en todo lo que
hiciera, pero en realidad Eratóstenes era “Alfa” ya que era: astrónomo,
historiador, geógrafo, filosofo, poeta, crítico teatral y matemático, aparte de
esto, también fue director de la biblioteca de Alejandría, donde un día leyó un
libro de papiro, en el que decía que en un puesto avanzado de la frontera meridional,
en Siena, en el mediodía del 21 de junio, un palo vertical no proyectaba
sombra, este día es el más largo del año, y en siena, las sombras de los muros
se iban acortando hasta que en el mediodía no había ninguna sombra, el sol se
encontraba justo encima del pueblo.
No cualquier persona se preguntaría el porqué de este
fenómeno, pero Eratóstenes era un científico y su gran interrogante llegaría a
ser algo muy importante en el mundo, el
mismo día quiso saber que pasaba si colocaba un palo vertical en Alejandría y
si este proyectaba una sombra pronunciada, entonces hizo el experimento y el
palo proyecto una sombra, ¿cómo explicarse eso?
Eratóstenes comprendió que la única respuesta posible es que
la tierra era curveada y que cuando mas sea la curvatura, más seria la
diferencia entre las sombras, el sol esta tan lejos que sus rayos llegan
paralelos a la tierra, los palos situados formando ángulos diferentes con
respecto a los rayos del sol proyectan sombras de longitudes diferentes.
La diferencia observada en las longitudes de las sombras
hacia necesario que la distancia entre Alejandría y siena fuera de unos 7° a lo largo de la superficie de la tierra,
es decir que si imaginamos los palos prolongados hasta llegar al centro de la
tierra, formaran ahí un ángulo de 7°, estos son más o menos una cincuentava
parte de los 360° que contiene la circunferencia total de la tierra. Eratóstenes
sabía que de Alejandría a siena habían unos 8000 kilómetros, porque contrato a
un hombre para que los contara a pasos, entonces 8000 kilómetros por 50 daba igual a
40000 kilómetros, esta entonces seria, la circunferencia total de la tierra.
Eratóstenes
fue el primero en medir la circunferencia de la tierra, y solo uso, palos,
ojos, pies y cerebros, y un gusto por la experimentación, con solo estos
elementos, se constituyo un logro notable que sirvió por más de 2200 años.
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